viernes, 20 de septiembre de 2019

Ofrece asesor del poder judicial limpia para deshacer el amarre a víctima de violencia institucional en Chiapas




* Magín García Utrilla, hermano de la secretaria técnica del gobernador, María Esther García Ruíz, quien fungió como directora de equidad de género en el poder judicial, en sus ratos de ocio como asesor, se las da de mago y curandero.




Patricia Chandomí.- “Lo de usted no es injusticia, es brujería, tiene un amarre de los fuertes” y puso cara de preocupado y sorprendido, enseguida sacó unas barajas de su primer cajón para leerle el tarot, después sacó unas varas que alinean los chakras, en este artefacto el asesor “comprobó” que efectivamente el caso de Cristina Liliana Fuentes Tovar es un asunto del más allá.


Este jueves un grupo de mujeres que llevan juicios de guarda y custodia de más de ocho años se manifestaron al interior del Poder Judicial de Chiapas solicitando una reunión con el titular de dicho Poder, Juan Óscar Trinidad Palacios para exigir justicia, sin embargo, después de cuatro horas, no fueron atendidas.
La institución salió a ofrecer atención de parte de un asesor, sin embargo, las afectadas se negaron, porque las últimas cuatro veces que fueron atendidas por un asesor, sólo las engañaron y entretuvieron, la última vez, un asesor dijo que no eran asuntos de injusticia sino de amarres.

Magín García Utrilla, hermano de la secretaria técnica del gobernador, María Esther García Ruíz, quien fungió como directora de equidad de género en el poder judicial, en sus ratos de ocio como asesor, se las da de mago y curandero.

“Cristi le voy a ayudar a deshacer el amarre, escúcheme bien lo que va a conseguir: velas y una mudada de ropa vieja, vamos ir a Puerta Arista y en la noche la vamos a meter al mar, ahí va a dejar su ropa vieja, para despojarse del amarre, y enseguida sale usted desnuda, en señal de que está renaciendo, nosotros la vamos a estar esperando en la orilla del mar para acuerparla con las velas” narró el asesor.

García Utrilla dijo que deshacer el amarre no iba a ser una tarea fácil, se necesitaban comprar incienso, velas, costear el viaje, por lo que además le pidió la cantidad de 6 mil pesos para poder hacer el “trabajito”.

Por asesores de esta naturaleza, metidos a charlatanes, las víctimas de violencia institucional del Poder Judicial buscan hablar directamente con el titular, Juan Oscar Trinidad Palacios.


El caso de Cristina lleva 8 años sin sentencia por un juicio de guardia y custodia, donde ambos hijos fueron sustraídos por el padre, hasta el momento el padre no ha dejado que la madre conviva con sus hijos.

El caso de Cristina  está en el Tercer juzgado de lo familiar con la  jueza Graciela Alcázar Castañón, quien no está capacitada tal como lo mandata la sentencia 5999 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que obliga a impartir justicia con perspectiva de género.
Alcázar Castañón también lleva el caso de Gisela Prado, y de igual manera se ha puesto de lado del padre agresor.

Durante el miting en el Poder Judicial, las afectadas dijeron ser víctimas de violencia institucional.

De acuerdo a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia la violencia institucional son los actos u omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres así como su acceso al disfrute de políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia.

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